Hay varios factores que debes tener presentes antes de ponerte en marcha: el precio del vuelo, disponibilidad de alojamiento para el espacio de tiempo que tienes pensado estar en el país, dónde comer, qué ropa llevar contigo… Todas estas cosas son tremendamente importantes, pero por lo general la gente suele pasar por alto una cuestión decisiva: la sanidad.
Si eres el acertado abonado de un seguro médico privado que cubra tus viajes al extranjero, tal vez no precises seguir leyendo. En todo caso tendrías que comprobar las condiciones concretas de lo contratado y cercionarnos de que estaremos cubiertos en el lugar al que nos movemos.
Para las demás situaciones, lo mejor que podrías hacer para volar sin problemas dentro del espacio de la UE es solicitar la llamada TSE. Este título personal e intransferible, permite a sus beneficiarios el acceso completo a la sanidad pública de los estados de la UE durante permanencias temporales, tal como pueden ser viajes de ocio, estudios o trabajo, siempre que se trate de motivos sanitarios reales.
Derechos médicos que ofrece la Tarjeta Sanitaria Europea
Los otorgantes de la Tarjeta Sanitaria Europea tienen opción a tener la misma atención sanitaria primaria que los residentes del país al que viajan. Esto no implica realmente que la atención sea sin coste alguno y universal (como ocurre en España). Por ejemplo, si nos movemos a Francia, tendremos que abonar el ticket que corresponda a los servicios sanitarios (1€ para una consulta y 10€ para el médico), todo esto sujeto a los eventuales reembolsos que puedas pedir posteriormente. Por lo tanto, es beneficioso conocer antes el funcionamiento de la salud pública del país al que vamos a volar.
Tampoco podemos olvidar que la Tarjeta Sanitaria Europea no es un seguro privado de aventura. Esto es, no cubrirá el desembolso en medicamentos, medicos privados, repatriaciones o intervenciones no cubiertas en el ámbito de la seguridad social del estado en el que te encuentres. Claro está, tampoco está ideada para utilizarse como “turismo médico ”. No salgas de tu país con la única excusa de operarte en el lugar de destino.
¿Quiénes pueden solicitarla y de qué manera?
Cualquier persona con derecho a sanidad gratuita en nuestro país tiene la opción de obtenerla. Esto es, si eres cotizante de la Seguridad Social eres un adjudicatario potencial de la Tarjeta Sanitaria Europea.
Esta tarjeta es gratis y puede obtenerse en cualquiera de los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS).
La solicitud puede hacerse directamente por internet (en la web de la Seguridad Social) o por teléfono. Suele tardar en llegar al hogar del peticionario unos diez días y tiene una vigencia de dos años.
¿En qué países tiene valor?
La Tarjeta Sanitaria Europea puede utilizarse en todos los países de la UE: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suecia. También dentro del Espacio Económico Europeo: Islandia, Liechtenstein, Noruega y además en Suiza.
Si eres el acertado abonado de un seguro médico privado que cubra tus viajes al extranjero, tal vez no precises seguir leyendo. En todo caso tendrías que comprobar las condiciones concretas de lo contratado y cercionarnos de que estaremos cubiertos en el lugar al que nos movemos.
Para las demás situaciones, lo mejor que podrías hacer para volar sin problemas dentro del espacio de la UE es solicitar la llamada TSE. Este título personal e intransferible, permite a sus beneficiarios el acceso completo a la sanidad pública de los estados de la UE durante permanencias temporales, tal como pueden ser viajes de ocio, estudios o trabajo, siempre que se trate de motivos sanitarios reales.
Derechos médicos que ofrece la Tarjeta Sanitaria Europea
Los otorgantes de la Tarjeta Sanitaria Europea tienen opción a tener la misma atención sanitaria primaria que los residentes del país al que viajan. Esto no implica realmente que la atención sea sin coste alguno y universal (como ocurre en España). Por ejemplo, si nos movemos a Francia, tendremos que abonar el ticket que corresponda a los servicios sanitarios (1€ para una consulta y 10€ para el médico), todo esto sujeto a los eventuales reembolsos que puedas pedir posteriormente. Por lo tanto, es beneficioso conocer antes el funcionamiento de la salud pública del país al que vamos a volar.
Tampoco podemos olvidar que la Tarjeta Sanitaria Europea no es un seguro privado de aventura. Esto es, no cubrirá el desembolso en medicamentos, medicos privados, repatriaciones o intervenciones no cubiertas en el ámbito de la seguridad social del estado en el que te encuentres. Claro está, tampoco está ideada para utilizarse como “turismo médico ”. No salgas de tu país con la única excusa de operarte en el lugar de destino.
¿Quiénes pueden solicitarla y de qué manera?
Cualquier persona con derecho a sanidad gratuita en nuestro país tiene la opción de obtenerla. Esto es, si eres cotizante de la Seguridad Social eres un adjudicatario potencial de la Tarjeta Sanitaria Europea.
Esta tarjeta es gratis y puede obtenerse en cualquiera de los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS).
La solicitud puede hacerse directamente por internet (en la web de la Seguridad Social) o por teléfono. Suele tardar en llegar al hogar del peticionario unos diez días y tiene una vigencia de dos años.
¿En qué países tiene valor?
La Tarjeta Sanitaria Europea puede utilizarse en todos los países de la UE: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suecia. También dentro del Espacio Económico Europeo: Islandia, Liechtenstein, Noruega y además en Suiza.